APRENDIZAJE SERVICIO

De Angel Fidalgo en 15 julio 2011
http://innovacioneducativa.files.wordpress.com/2011/07/imagen1.jpg?w=300&h=204El profesorado siempre ha buscado motivar a su alumnado, y una buena técnica consiste en explicar para qué sirve su asignatura y qué aplicaciones tiene en la vida real; en algún caso el profesor no es capaz de trasmitir, de una forma clara, para qué sirve su asignatura o lo hace en unos términos que el alumnado, o bien no comprende o no le interesa, porque sabe que no tiene nada que ver con la titulación para lo que está estudiando. En otros casos, lo que se les explica les queda bastante lejano, suena muy grandilocuente o sencillamente no se lo creen.

En todos los casos, el problema es la brecha; sí amig@s lectores “la brecha” es la bestia negra del aprendizaje y la formación. La brecha es ese gran barranco, que separa lo que se dice de lo que se hace; de nada sirve explicar a los alumnos las aplicaciones en la vida real de su asignatura, si después se les cuenta el royo de siempre, lo más que conseguiremos es que algún alumno, a mitad de curso, nos diga… pero ¿qué tiene que ver todo esto con las aplicaciones que nos contó?
Ahora,  programamos nuestras asignaturas en función de las competencias que va a adquirir el alumnado, de las habilidades, capacidades y conocimientos con los que saldrá cuando finalice con éxito nuestras asignaturas. Todo esto suena muy bien, lo malo es que las competencias no se pueden meter en una mochila, no se pueden mostrar cuando nos hagan una entrevista de trabajo, en mi pueblo dicen que las competencias se demuestran, cuando se es capaz de aplicarlas, de hecho a una persona que hace bien su trabajo se le llama competente y al que lo hace mal in-competente.

Ahora, podemos decir a nuestro alumnado para qué sirven las competencias de nuestra asignatura y dónde se pueden aplicar, pero el problema es, y seguirá siendo, la brecha. Una cosa es decir para qué sirven y otra  aplicarlas.
Hay un método (relativamente novedoso) que se denomina: “aprendizaje servicio”, que nos puede ser muy útil para disminuir la brecha (recuerden… la diferencia entre lo que se dice y lo que se hace). Básicamente el “aprendizaje servicio”, nos hace plantearnos ¿qué servicios podría dar mi asignatura a la sociedad?;  dicho de otra forma, ¿qué servicios podrían hacer mis alumnos a la sociedad, con las competencias que pretendo desarrollar, con los recursos que se supone que van a trabajar, con las herramientas con las que se supone que van a adquirir habilidades?.

Sé qué es difícil, pero…. ¿seguro que con las competencias que se adquieren en su asignatura no hay un sólo servicio que podamos ofrecer a la sociedad?, lo más probable es que lo haya (aunque no lo encuentre).  Imagínese por un momento que ha identificado ese servicio, la siguiente pregunta es: si los alumnos son capaces de dar ese servicio ¿significaría que han adquirido las competencias?
Evidentemente, si la respuesta a la pregunta anterior es SI, en ese caso lo que significa el método “aprendizaje servicio” es que se ponga manos a la obra y se dé el servicio, ya que para ello, los alumnos tendrán que haber adquirido las competencias de su asignatura. Diseñar el servicio, desarrollarlo, ponerlo en marcha, entrar en contacto con la parte de la sociedad que se beneficiará de dicho servicio, su mantenimiento y evaluación del impacto será un excelente método para demostrar que su asignatura sirve para algo, y de paso devolver a la sociedad la inversión que está haciendo en la universidad.
Para el profesorado, el servicio y el aprendizaje que conlleva, puede ser el eslabón perdido entre las aplicaciones de la asignatura y lo que se hace en el aula. Para el alumnado, el servicio que se ha ofrecido lo podrá meter en su mochila y mostrarlo cuando alguien, en una entrevista de trabajo, le pida que demuestre las competencias adquiridas, y para el centro de formación……pues, depende donde tenga su visión estratégica y su compromiso con la sociedad: unos lo consideraran como un valor, como un activo intangible y otros como una pérdida de tiempo.


LEARNING ANALYTICS (Analíticas de Aprendizaje). Qué, cómo y para qué.


De Angel Fidalgo en 10 noviembre 2012

http://innovacioneducativa.files.wordpress.com/2012/11/op.jpg?w=620

¿Qué?
La idea principal del Learning Analytics se basa en analizar los datos que deja tras de sí el estudiante en los procesos de formación y aprendizaje. El objetivo es utilizar dicha información para mejorar el propio proceso de aprendizaje.
Los datos se pueden obtener a través de las distintas tecnologías que se utilizan actualmente en la formación; dichas tecnologías pueden ser corporativas (por ejemplo sistemas LMS tipo Moodle), propietarias de los alumnos (móvil, tablet, portátil) e incluso sociales (redes sociales, blogs,……)

¿Cómo?

Sobre la información recopilada se aplican procesos basados en la toma de decisiones, construcción de modelos, minería de datos  y aprendizaje automático.

¿Para qué?
Todo ello para que el centro, el profesorado y el propio alumnado tengan herramientas que les  ayuden. Al  alumnado, por ejemplo, adaptando recursos o planes de formación; al profesorado, por ejemplo, para conocer el resultado de sus estrategias formativas, atender la diversidad, planes de refuerzo personalizados… y al centro, por ejemplo, para la adaptación de políticas educativas, distribución más eficaz de recursos…

Lo cierto es que los sistemas de análisis de datos existen desde hace tiempo en otras áreas, y se han utilizando esos datos para la toma de decisiones como: mensaje de la publicidad, nuevos productos y servicios e incluso (como en medicina) para establecer diagnósticos y planes de rehabilitación. La banca, las operadoras, las grandes compañías, las redes sociales, los buscadores,  las herramientas on-line  de uso masivo, e incluso los supermercados utilizan data analytics para modelizar al cliente y tomar decisiones al respecto.
Por tanto, el problema del Learning Analytics no es tanto la tecnología, sino cómo determinar  qué datos son los relevantes (y capturarlos) para la mejora de los procesos de aprendizaje, la modelización de los comportamientos del alumnado y del profesorado, el establecimiento de diagnósticos y los recursos más adecuados para los distintos modelos de comportamiento.

No obstante, actualmente el Learning Analytics nos puede ayudar a resolver algunos problemas en los que nos vemos inmersos; por ejemplo, es una excelente ayuda para la evaluación diagnóstica y la formativa, para la adaptabilidad de los recursos de aprendizaje, para mejorar la planificación personalizada, para la tutoría proactiva. Así mismo también nos puede servir para establecer modelos asociados a competencias (además de validar su eficacia).
Desde  los grupos de investigación LITI y GIDTIC estamos trabajando en esta línea, en la aplicación del Learning Analytics para solucionar problemas derivados del alto coste y esfuerzo que supone aplicar paradigmas de aprendizaje.

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