El profesorado siempre ha buscado motivar a su alumnado, y una buena técnica consiste en explicar para qué sirve su asignatura y qué aplicaciones tiene en la vida real; en algún caso el profesor no es capaz de trasmitir, de una forma clara, para qué sirve su asignatura o lo hace en unos términos que el alumnado, o bien no comprende o no le interesa, porque sabe que no tiene nada que ver con la titulación para lo que está estudiando. En otros casos, lo que se les explica les queda bastante lejano, suena muy grandilocuente o sencillamente no se lo creen.
En todos los casos, el problema es la
brecha; sí amig@s lectores “la brecha” es la bestia negra del aprendizaje y la
formación. La brecha es ese gran barranco, que separa lo que se dice de lo que
se hace; de nada sirve explicar a los alumnos las aplicaciones en la
vida real de su asignatura, si después se les cuenta el royo de siempre, lo más
que conseguiremos es que algún alumno, a mitad de curso, nos diga… pero ¿qué
tiene que ver todo esto con las aplicaciones que nos contó?
Ahora, programamos nuestras asignaturas en función de las
competencias que va a adquirir el alumnado, de las habilidades, capacidades y
conocimientos con los que saldrá cuando finalice con éxito nuestras
asignaturas. Todo esto suena muy bien, lo malo es que las competencias no
se pueden meter en una mochila, no se pueden mostrar cuando nos
hagan una entrevista de trabajo, en mi pueblo dicen que las competencias se
demuestran, cuando se es capaz de aplicarlas, de hecho a una persona que hace
bien su trabajo se le llama competente y al que lo hace mal in-competente.
Ahora, podemos decir a nuestro alumnado para qué sirven las
competencias de nuestra asignatura y dónde se pueden aplicar, pero el problema
es, y seguirá siendo, la brecha. Una cosa es decir para qué sirven y otra
aplicarlas.
Hay un método (relativamente novedoso)
que se denomina: “aprendizaje servicio”, que nos puede ser muy útil para
disminuir la brecha (recuerden… la
diferencia entre lo que se dice y lo que se hace). Básicamente el “aprendizaje
servicio”, nos hace plantearnos ¿qué servicios podría dar mi asignatura a la
sociedad?; dicho de otra forma, ¿qué servicios podrían hacer mis alumnos
a la sociedad, con las competencias que pretendo desarrollar, con los recursos
que se supone que van a trabajar, con las herramientas con las que se supone
que van a adquirir habilidades?.
Sé qué es difícil, pero…. ¿seguro que con las competencias que
se adquieren en su asignatura no hay un sólo servicio que podamos ofrecer a la
sociedad?, lo más probable es que lo haya (aunque no lo encuentre).
Imagínese por un momento que ha identificado ese servicio, la siguiente
pregunta es: si los alumnos son capaces de dar ese servicio ¿significaría que
han adquirido las competencias?
Evidentemente, si la respuesta a la pregunta anterior es SI, en
ese caso lo que significa el método “aprendizaje servicio” es que se ponga
manos a la obra y se dé el servicio, ya que para ello, los alumnos tendrán que
haber adquirido las competencias de su asignatura. Diseñar el servicio,
desarrollarlo, ponerlo en marcha, entrar en contacto con la parte de la
sociedad que se beneficiará de dicho servicio, su mantenimiento y evaluación
del impacto será un excelente método para demostrar que su asignatura sirve
para algo, y de paso devolver a la sociedad la inversión que está haciendo en
la universidad.Para el profesorado, el servicio y el aprendizaje que conlleva, puede ser el eslabón perdido entre las aplicaciones de la asignatura y lo que se hace en el aula. Para el alumnado, el servicio que se ha ofrecido lo podrá meter en su mochila y mostrarlo cuando alguien, en una entrevista de trabajo, le pida que demuestre las competencias adquiridas, y para el centro de formación……pues, depende donde tenga su visión estratégica y su compromiso con la sociedad: unos lo consideraran como un valor, como un activo intangible y otros como una pérdida de tiempo.
LEARNING ANALYTICS (Analíticas de Aprendizaje). Qué, cómo y para qué.
De en 10
noviembre 2012
¿Qué?
La idea
principal del Learning Analytics se basa en analizar los datos que deja tras de
sí el estudiante en los procesos de formación y aprendizaje. El objetivo es
utilizar dicha información para mejorar el propio proceso de aprendizaje.Los datos se pueden obtener a través de las distintas tecnologías que se utilizan actualmente en la formación; dichas tecnologías pueden ser corporativas (por ejemplo sistemas LMS tipo Moodle), propietarias de los alumnos (móvil, tablet, portátil) e incluso sociales (redes sociales, blogs,……)
¿Cómo?
Sobre
la información recopilada se aplican procesos basados en la toma de decisiones,
construcción de modelos, minería de datos y aprendizaje automático.
¿Para
qué?
Todo
ello para que el centro, el profesorado y el propio alumnado tengan
herramientas que les ayuden. Al alumnado, por ejemplo, adaptando
recursos o planes de formación; al profesorado, por ejemplo, para conocer el
resultado de sus estrategias formativas, atender la diversidad, planes de
refuerzo personalizados… y al centro, por ejemplo, para la adaptación de
políticas educativas, distribución más eficaz de recursos…
Lo cierto es que los sistemas de
análisis de datos existen desde hace tiempo en otras áreas, y se han utilizando
esos datos para la toma de decisiones como: mensaje de la publicidad, nuevos
productos y servicios e incluso (como en medicina) para establecer diagnósticos
y planes de rehabilitación. La banca, las operadoras, las grandes compañías,
las redes sociales, los buscadores, las herramientas on-line de uso
masivo, e incluso los supermercados utilizan data analytics para modelizar al
cliente y tomar decisiones al respecto.
Por tanto, el problema del Learning
Analytics no es tanto la tecnología, sino cómo determinar qué datos son
los relevantes (y capturarlos) para la mejora de los procesos de aprendizaje,
la modelización de los comportamientos del alumnado y del profesorado, el
establecimiento de diagnósticos y los recursos más adecuados para los distintos
modelos de comportamiento.
No obstante, actualmente el Learning
Analytics nos puede ayudar a resolver algunos problemas en los que nos vemos
inmersos; por ejemplo, es una excelente ayuda para la evaluación diagnóstica y
la formativa, para la adaptabilidad de los recursos de aprendizaje, para mejorar
la planificación personalizada, para la tutoría proactiva. Así mismo también
nos puede servir para establecer modelos asociados a competencias (además de
validar su eficacia).
Desde los grupos de investigación LITI y GIDTIC estamos trabajando en esta línea, en la
aplicación del Learning Analytics para solucionar problemas derivados del alto
coste y esfuerzo que supone aplicar paradigmas de aprendizaje.
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